martes, 20 de septiembre de 2016

HISTORIAS DE VIDEOCLUB





Claro Jhonny claro” le decíamos siempre que contaba alguna de sus historietas increíbles. Todos hemos tenido un amigo o conocido así, de esos que tras alguien explicar su experiencia en algo él siempre tiene una historia mejor. Que este verano buceé con tiburones; Jhonny buceó con  ballenas e incluso llegó a tocarlas y a nadar con ellas; que ayer comí súper bien en un restaurante; él comió en un restaurante mejor y, es más, le invitaron por salvar a un hombre que se estaba a punto de ahogar por atragantamiento.
Así era Jhonny y así le aceptábamos, aún con todas sus mentiras. De vez en cuando le gastábamos alguna broma que otra pero nunca escarmentaba. Era 1994 y nuestro grupo de amigos en plena adolescencia vibraba con cualquier novedad  en nuestras vidas, ir al cine, a la hamburguesería, emborracharse por primera vez en las fiestas del barrio, etc…. Nuestro punto de reunión era el videoclub del barrio en el cual esperábamos ansiosamente las novedades de cada semana. Sobre ese año empezaron a llegar películas de animación orientales a las que llamaban Anime, que estaban teniendo mucho éxito en todo el mundo. Una tarde que estábamos todos en el videoclub apareció el representante de esas nuevas películas con todo el catálogo para la venta y alquiler en videoclub. Mientras mirábamos el catálogo de Animes se nos ocurrió una broma que hacerle a Johnny. La cosa era sencilla, uno de nosotros explicaría delante de él que un amigo de un amigo le había contado que a un conocido de su hermana le había pasado algo muy extraño. Se había comprado una de esas nuevas películas orientales de animación y después de verla había desaparecido de su habitación sin dejar rastro. Pero eso no era todo, pasados unos días apareció magullado y aterrorizado, explicando que había estado dentro de la película de animación.
Así fue como lo explicamos cuando Jhonny pasó por el Videoclub, y al ser una historia tan fantástica no pudo hacernos su clásica réplica con una historia que superara a la nuestra, cosa que pareció irritarle como nunca habíamos conseguido con las bromas que le gastábamos.
 A partir de ese día se obsesionó con los Animes, se compraba todas las películas como si buscara una película mágica que le transportara como la de nuestra historia. Se adelgazó y siempre aparecía en el videoclub con el rostro taciturno como perdido en sus pensamientos. Cuando estábamos casi a punto de explicarle todo para que dejara esas obsesión con los Animes, Jhonny nos invitó a todos a su casa para ver su última adquisición, que según el juraba y perjuraba, les iba a transportar como al chico de la historia falsa. La película se llamaba Doomed Megalopolis, en la portada aparecía una especie de militar demoníaco. Jhonny nos recibió excitado repitiéndonos si estábamos listos para un viaje alucinante, ese fue el momento en el que no pude más y le expliqué la encerrona que le habíamos hecho. Todos le pedimos perdón y pareció que no se lo tomó muy mal. Con una expresión de enfado pero a la vez divertida nos reconoció que él también nos había engañado, no tenía ninguna película mágica, sólo quería asustarnos. Así pues preparamos palomitas y nos sentamos a ver Doomed Megalopolis. Era el primer Anime que veíamos y nos pareció increíble. Se trataba de una historia de terror sobre el espíritu de un General endemoniado que quería hacerse con el control de toda una ciudad. La película estaba a punto de acabar cuando ocurrió algo extraño. Tras los títulos de crédito volvió a aparecer el General y nos pareció oír que decía algo a nuestro mentiroso amigo, pero no podía ser, hasta que Jhonny dijo gritando como si estuviera poseído:
-Sí, son ellos ¡Llévatelos a todos! 
Así fue como acabamos aquí, en una especie de limbo en la cual todo es como de animación, esclavos de un General endemoniado que nos atormenta incluso cuando dormimos. Lo último que recordamos de nuestra realidad es a Jhonny mofándose de nosotros y  diciendo “Claro Jhonny claro”.

Historias de videoclub  -  “Claro Jhonny claro”

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