Me
despierto entre sábanas empapadas de sudor, mi mujer e hijo duermen
tranquilamente. Siento dolor en la pierna izquierda, la semana que viene tengo
visita con el cirujano cardiovascular. Hasta hace unos días no sentía
molestias, ahora casi no puedo ni andar y el dolor no me deja dormir. Noto un
fuerte hormigueo que empieza bajo la rodilla, no es la primera vez que me pasa.
Pongo la pierna en la ducha y la remojo con agua fría. Hoy esto no funciona, el
agua no me calma el hormigueo sino que lo ha convertido en quemazón y escozor.
Siento una punzada, mi pierna está sangrando. Limpio con una toalla y veo que
no es sangre lo que mana de la pierna. Es de color negro, parece petróleo con
olor a podrido. Mi temor ancestral a tener parásitos dentro de mi cuerpo se
apodera de mí. Sin dudarlo, cojo mi hacha de cocina, muerdo una cuchara de
madera y me hago un torniquete con un trapo. Cierro los ojos y golpeo repetidas
veces hasta que oigo el ruido que hace mi pierna al caer al suelo. Se me nubla
la vista y pierdo el conocimiento.
Me
despierto mareado, me da la impresión de que la cama está húmeda. Tengo que
llamar a urgencias, me estaré desangrando. Palpo la pierna lentamente, llego a
la altura de la rodilla y… ¡sigo teniendo la pierna! ¿Ha sido todo una
pesadilla? Respiro aliviado hasta darme cuenta de que mi mano derecha sostiene
el hacha de cocina y estoy cubierto de sangre. Me incorporo, enciendo la luz de
la mesita y miro a mi mujer e hijo… ¡Dios mío
que he hecho!
Recorte noticia
sucesos de “La Vanguardia” del 24 de Junio de 2013:
Padre
de familia asesina a su mujer e hijo bajo extrañas circunstancias
Felipe
Díaz López asesina a sangre fría a su mujer e hijo. El arma homicida ha sido un
hacha de cocina. Los policías que acudieron a la escena del crimen están
recibiendo ayuda psicológica. No han dejado entrar a los medios de
comunicación, pero hemos conseguido las declaraciones de unos de los policías
antes de que se lo llevaran al hospital. Entre comentarios sin sentido y lo que
parecían delirios, en un momento de lucidez, Pelayo Martínez Lorca (inspector
de homicidios) nos ha dicho:
“Nunca en la vida vi algo como
esto, el padre a cortado las cuatro extremidades de su mujer e hijo y les ha
decapitado. Pero eso no es todo, de alguna manera se las ha ingeniado para
volver a unir los cuerpos creando una especie de araña humana de dos cabezas
con los brazos y piernas de las víctimas como patas.”
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