viernes, 27 de septiembre de 2013

Microrrelato

Me despierto entre sábanas empapadas de sudor, mi mujer e hijo duermen tranquilamente. Siento dolor en la pierna izquierda, la semana que viene tengo visita con el cirujano cardiovascular. Hasta hace unos días no sentía molestias, ahora casi no puedo ni andar y el dolor no me deja dormir. Noto un fuerte hormigueo que empieza bajo la rodilla, no es la primera vez que me pasa. Pongo la pierna en la ducha y la remojo con agua fría. Hoy esto no funciona, el agua no me calma el hormigueo sino que lo ha convertido en quemazón y escozor. Siento una punzada, mi pierna está sangrando. Limpio con una toalla y veo que no es sangre lo que mana de la pierna. Es de color negro, parece petróleo con olor a podrido. Mi temor ancestral a tener parásitos dentro de mi cuerpo se apodera de mí. Sin dudarlo, cojo mi hacha de cocina, muerdo una cuchara de madera y me hago un torniquete con un trapo. Cierro los ojos y golpeo repetidas veces hasta que oigo el ruido que hace mi pierna al caer al suelo. Se me nubla la vista y pierdo el conocimiento.
Me despierto mareado, me da la impresión de que la cama está húmeda. Tengo que llamar a urgencias, me estaré desangrando. Palpo la pierna lentamente, llego a la altura de la rodilla y… ¡sigo teniendo la pierna! ¿Ha sido todo una pesadilla? Respiro aliviado hasta darme cuenta de que mi mano derecha sostiene el hacha de cocina y estoy cubierto de sangre. Me incorporo, enciendo la luz de la mesita y miro a mi mujer e hijo…  ¡Dios mío que he hecho!

Recorte noticia sucesos de “La Vanguardia” del 24 de Junio de 2013:

Padre de familia asesina a su mujer e hijo bajo extrañas circunstancias
Felipe Díaz López asesina a sangre fría a su mujer e hijo. El arma homicida ha sido un hacha de cocina. Los policías que acudieron a la escena del crimen están recibiendo ayuda psicológica. No han dejado entrar a los medios de comunicación, pero hemos conseguido las declaraciones de unos de los policías antes de que se lo llevaran al hospital. Entre comentarios sin sentido y lo que parecían delirios, en un momento de lucidez, Pelayo Martínez Lorca (inspector de homicidios) nos ha dicho:

“Nunca en la vida vi algo como esto, el padre a cortado las cuatro extremidades de su mujer e hijo y les ha decapitado. Pero eso no es todo, de alguna manera se las ha ingeniado para volver a unir los cuerpos creando una especie de araña humana de dos cabezas con los brazos y piernas de las víctimas como patas.”

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