Tercera entrega de Las Crónicas de Elric y tercer
despiporre de aventura, planos de existencia, brujos ignotos, hombres lagarto…
y podría seguir. Doscientas y pico páginas de desenfreno sin descanso, en las
que Elric sigue mostrando su peculiar carácter y manera de actuar y pensar. Auto
desterrado de Melniboné, el albino continúa su periplo por los Reinos Jóvenes,
en los cuales no siempre es bienvenido, como es el caso de Ryfel, cuidad donde es apresado acusado de ser un
espía.
Consigue escapar y exhausto se refugia bajo el cobijo de unos
acantilados costeros donde es recogido por un extraño barco. Aquí empieza la
aventura, donde las coincidencias se convierten en destino, el pasado en
presente y las leyes del espacio/tiempo en simples recuerdos.Michael Moorcock
nos vuelve a introducir en su Multiverso situando a Elric en un nuevo plano de
existencia entre sus mundos, un plano en el cual su hechicería tiene poco
efecto, pero su espada Tormentosa (Stormbringer) sigue teniendo poder. Albino y
espada vivirán un sinfín de aventuras formando un binomio aterrador en
cualquier parte del Multiverso. Hay que recordar que aparte de tener voluntad
propia, hablar y cantar mientras mata; Tormentosa tiene la cualidad de absorber
el alma de sus víctimas y traspasar la energía a su portador, en este caso
Elric.
Es decir si el emperador mata a un poderoso demonio, por unos momentos
la energía maligna se apodera de él y le empuja a seguir matando incluso a sus
amigos.Después de leer este libro no me queda más que decir que Michael
Moorcock es el maestro de la fantasía épica, o que a mí personalmente me tienen
obnubilado, ya que es un universo muy oscuro y desconcertante. Si me dieras a
elegir entre Tolkien o Moorcock te diría que los dos son muy diferentes, tanto
como la luz y la oscuridad, pero que me quedo con el segundo, supongo que porque
me va más la oscuridad que la luz.
No hay comentarios :
Publicar un comentario