viernes, 14 de junio de 2013

LA CAÍDA DE HYPERION (1990) DAN SIMMONS



Con el primer libro ya se me escapó alguna lagrimilla con la historia de Sol Weintraub, pero lo de LA CAÍDA DE HYPERION ha sido demasiado, hasta el punto que el día que me estaba terminando el libro de vuelta a casa después de trabajar en el metro, la gente me miraba raro cuando pasaba de las lágrimas de pena a las de alegría y la risas.
Partiendo de una primera parte que sentó las bases de toda la historia, esta continuación tenía que resolver muchas tramas y subtramas enrevesadísimas. Sinceramente confiaba en que Dan Simmons lo cerraría todo a la perfección y que quizá, en una historia tan amplia como esta algo se le escaparía u optaría por resolver algún tema a la torera. 


Pues nada de eso, durante gran parte de la novela la cuenta de enigmas, más que disminuir, aumenta, cosa que desconcierta llegando a un punto que parece imposible solucionar el gran lío que se monta, pero se resuelve todo, y además con una clase y una finura extrema. Los siete peregrinos Lenar Hoyt, Fedmahn Kassad, Martin Silenius, Sol Weintraub junto con Rachel, Het Masteen, Brawne Lamia y el cónsul, se han grabado a fuego en mi memoria y corazón. Son los protagonistas junto a algún personaje más (Meina Gladstone, Joseph Severn o Leight Hunt) los que sostienen, amplifican e incluso glorifican la historia en la que Simmons los sumerge. Mis preferidos son Martin Silenius (el poeta) y Brawne Lamia (la detective privado) y la relación que tienen entre ellos, que pasa del odio más arraigado a una relación afable entre un anciano y una musculosa y testaruda mujer. Cuando estaba leyendo los capítulos decisivos, que más de uno tuve que releer para entender correctamente, como por ejemplo el capítulo en el cual UMMON, una Inteligencia Artificial del TECNONUCLEO, habla con uno de los peregrinos; me ocurrió algo nuevo como lector novato que soy. No quería que me resolvieran los enigmas, me daba pena saberlo, me quería quedar cavilando e intentando resolverlos yo mismo, pero eso suponía dejar de leer el libro y no podía ser.



Sin lugar a dudas DAN SIMMONS es un grande entre grandes, que además sigue dando el callo habiendo escrito desde LA CAÍDA DE HYPERION unas dieciséis novelas, la última de ellas en 2011. Gracias a él he aprendido mucho leyendo estos dos libros, y me siento humanamente enriquecido y no me queda más que dar las gracias a mi mujer por regalarme la primera y segunda parte de esta tetralogía que, de momento, dejo aparcada para un futuro no muy lejano.

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